La antena más grande jamás probada en la cámara de prueba de radiofrecuencia Hertz de la ESA es esta antena transpondedora de 5 m de diámetro, que operará en tierra para ayudar a calibrar la misión Biomass, que cartografiará todos los bosques de la Tierra.
“Esta es una campaña de prueba particularmente desafiante, tanto en términos del tamaño de la antena como de la frecuencia de banda P muy baja que utilizará Biomass, lo que le permite atravesar las copas de los bosques para adquirir árboles individuales”, explica Luis, ingeniero de antenas de la ESA. Rolo, supervisando la campaña de prueba.
“Por lo general, cuando probamos un satélite grande aquí, su antena es significativamente más pequeña, generalmente entre 0,5 y 2 metros de ancho. Pero toda esta estructura es una antena radiante por derecho propio, sus lados se acercan a las paredes de la cámara.
“Lo que esto significa es que el proceso de prueba resalta algunos aspectos de la cámara que nunca antes habíamos visto, incluso después de muchos años de prueba. Pero hemos ideado un método de medición que involucra múltiples adquisiciones de diferentes puntos dentro de la cámara, combinados cuidadosamente para restar tales efectos ambientales, arrojando resultados muy precisos”.
Parte del corazón técnico de la ESA en los Países Bajos, la cámara de paredes metálicas “Zona de prueba de antena y radiofrecuencia europea híbrida” está aislada de todas las influencias externas. Sus paredes internas están tachonadas con pirámides de espuma “anecoicas” absorbentes de radio, lo que permite realizar pruebas de radiofrecuencia sin reflejos distorsionadores.
Su nombre comienza con Híbrido porque la cámara puede evaluar las señales de radio de las antenas tanto en términos localizados de “campo cercano” como en términos de “campo lejano”, como si la señal hubiera cruzado miles de kilómetros de espacio.
Biomass, que se lanzará el próximo año, desplegará un reflector masivo de 12 m de diámetro para aprovechar las señales de radar de banda P a fin de realizar un censo de cinco años de todos los árboles de la Tierra.
Con sede en Australia, este transpondedor se integrará en un sistema de posicionamiento móvil dentro de un radomo protector, lo que le permitirá rastrear el satélite de biomasa que se mueve por el cielo. La antena del transpondedor reflejará las señales de radar de Biomass para ayudar a confirmar que la misión está funcionando de manera óptima. El transpondedor fue desarrollado y construido por la empresa italiana IDS.