Al analizar los datos de varios estudios astronómicos, los astrónomos han investigado un antiguo cúmulo globular conocido como NGC 288. Como resultado, detectaron múltiples colas de marea extendidas asociadas con este cúmulo. El hallazgo fue publicado en un artículo el 25 de septiembre en el servidor de preimpresión arXiv.
Las colas de marea son regiones delgadas y alargadas de estrellas y gas interestelar que se extienden hacia el espacio. Se forman como resultado de interacciones gravitacionales entre galaxias y cúmulos estelares. Las observaciones muestran que algunos objetos que interactúan tienen dos colas distintas, mientras que otros sistemas tienen solo una.
La detección y el estudio de las colas de marea ofrece pistas sobre las mareas que experimenta el cúmulo y su dinámica interna. Estos estudios también pueden revelar información esencial sobre la evolución de un cúmulo y podrían arrojar nueva luz sobre la irregularidad de la distribución de la materia oscura en una galaxia. Sin embargo, hasta la fecha, solo se han detectado un puñado de cúmulos con colas de marea en la Vía Láctea.
NGC 288 es un cúmulo globular galáctico situado a unos 29.200 años luz de distancia. Se trata de un cúmulo antiguo pobre en metales con una masa estimada de unas 96.000 masas solares y un radio de media masa de aproximadamente 27,9 años luz.
En observaciones anteriores de NGC 288 se ha detectado su envoltura extendida y se han encontrado pruebas de corrientes de marea que se extienden desde el cúmulo. Ahora, un equipo de astrónomos dirigido por Carl J. Grillmair del Instituto Tecnológico de California (Caltech), informa de que estas corrientes de marea son más complejas de lo que se creía anteriormente.
Las observaciones realizadas por el equipo de Grillmair identificaron un claro excedente de estrellas que se extiende al menos 40 grados al norte de NGC 288, a lo largo del meridiano 300 grados, y posiblemente hasta unos 80 grados desde el cúmulo, donde queda invadido por el disco galáctico. Esta característica, que se denominó cola principal, parece estar compuesta por dos o más corrientes estelares cinemáticamente distintas y desplazadas espacialmente, que tienen menos de 650 años luz de ancho cada una.
Además, los astrónomos encontraron una cola de 35 a 70 grados de longitud que se extendía hacia la parte superior derecha del cúmulo. Esta cola resultó ser considerablemente más estrecha en el cielo que la cola principal. Los investigadores añadieron que la cola se corresponde bien en posición con un modelo de corriente que incorpora una enorme Gran Nube de Magallanes (LMC), la galaxia satélite de la Vía Láctea.
Según el artículo, la pertenencia de las estrellas en estas corrientes de marea a NGC 288 aún necesita más confirmación, que debería realizarse con mediciones de velocidad radial de seguimiento.
«Si se puede confirmar que algunos de los candidatos más alejados alguna vez pertenecieron a NGC 288, esta corriente se convertirá en otra sonda particularmente sensible de la forma del potencial del halo interno y en un importante contribuyente a nuestra comprensión de la influencia de la LMC y otros componentes de la galaxia», concluyeron los científicos.
Con información de Phys.org
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