Astrónomos de Italia y Chile han investigado una corriente estelar acrecentada llamada Ícaro en el disco de la Vía Láctea. Los resultados del estudio, detallados en un artículo de investigación publicado el 16 de octubre en el servidor de preimpresión arXiv, brindan información crucial sobre la naturaleza de esta corriente estelar.
Ícaro es una corriente estelar de rápida rotación en el disco galáctico, descubierta en 2020. Se supone que esta corriente es el resultado de la acreción de escombros de un progenitor de una galaxia enana con una masa estelar de aproximadamente mil millones de masas solares, en una órbita inicial prograda de baja inclinación. Sin embargo, algunos estudios sugieren que Ícaro puede ser una señal de la formación y evolución del disco de la Vía Láctea, en lugar de un remanente de una galaxia enana desestructurada.
Para confirmar el origen de Ícaro y obtener más información sobre sus propiedades, un equipo de astrónomos, dirigido por Paola Re Fiorentin del Observatorio de Turín en Italia, ha analizado los datos del satélite Gaia de la ESA, el Apache Point Observatory Galactic Evolution Experiment (APOGEE) y el Galactic Archaeology with HERMES (GALAH).
«Aquí, aprovechamos la excelente sinergia entre Gaia, APOGEE y GALAH, y aprovechamos estos datos de alta calidad para estudiar las firmas quimiocinemáticas en el volumen local, con especial atención a la búsqueda y caracterización del material acrecentado hacia el disco», explicaron los investigadores.

El equipo identificó 81 miembros de Ícaro y, al inspeccionar estos objetos, lograron realizar análisis químicos y obtener propiedades dinámicas de esta corriente estelar. Se descubrió que Ícaro tiene una velocidad en el estándar local de reposo a un nivel de 171 km/s y su metalicidad es de aproximadamente -1,35 dex.
Basándose en el diagrama de color-magnitud de los miembros de Ícaro, los astrónomos descubrieron que la corriente estelar tiene al menos 12 mil millones de años. La edad nominal de Ícaro se estimó en unos 14 mil millones de años.
En general, el análisis químico descubrió que las estrellas de Ícaro están generalmente potenciadas con elementos alfa con una proporción media de abundancia de elementos alfa respecto de hierro (sólo estrellas de la rama de gigantes rojas) de alrededor de 0,27. Además, las estrellas de Ícaro resultaron exhibir proporciones bajas de abundancia de níquel respecto de hierro en comparación con las estrellas de la Vía Láctea.
En general, los investigadores concluyeron que las propiedades de Ícaro son típicas de los sistemas de baja masa acrecentados y que los resultados obtenidos respaldan aún más el escenario de remanentes galácticos desorganizados para esta corriente estelar. Sin embargo, se requieren estudios más detallados para confirmar esto.
«Sin embargo, en este punto, no podemos excluir la posibilidad de un origen en un disco primordial. Edades estelares precisas, astrometría mejorada (a partir de los próximos lanzamientos de Gaia), espectros aumentados (de, por ejemplo, los estudios APOGEE, GALAH, WEAVE, 4MOST) y un seguimiento espectroscópico dedicado siempre que sea necesario, confirmarán nuevos miembros, fortaleciendo así el origen ex situ de Ícaro como la primera galaxia satélite prograda en el disco de la Vía Láctea», escribieron los científicos.
Con información de arXiv
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