jueves, noviembre 20, 2025
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La señal «¡Guau!» se actualiza: fue incluso más fuerte de lo que pensábamos

✨ Un análisis moderno revela que la legendaria señal Wow! fue aún más intensa y precisa de lo que se creía, afinando su origen y apuntando a un fenómeno astrofísico real. 🌌🔬

La señal «¡Guau!» ha quedado grabada en la memoria de quienes promueven la búsqueda de inteligencia extraterrestre (SETI) desde su descubrimiento en 1977. A día de hoy, sigue siendo una de las señales de radiofrecuencia más enigmáticas jamás descubiertas. Ahora, un nuevo artículo de un amplio grupo de autores, incluyendo algunos voluntarios, aporta algunas correcciones y nuevas perspectivas sobre la señal y sus posibles causas.

El artículo está publicado en el servidor de preimpresiones de arXiv.

Los datos de 1977 eran difíciles de analizar debido a la falta de sistemas informáticos modernos, pero voluntarios del Observatorio Big Ear en Delaware, Ohio, donde se recopiló la señal original, preservaron los registros después de que el observatorio cerrara en 1998 y se convirtiera en un campo de golf. Utilizando tecnología informática moderna, los voluntarios procesaron más de 75.000 páginas de datos originales mediante una rutina de reconocimiento óptico de caracteres, con la ayuda visual de validadores humanos, lo que permitió por primera vez un análisis computacional exhaustivo de la señal original.

Este análisis más detallado produjo ligeros cambios en tres de las características principales de la señal. Redujo la parte del cielo de donde podría provenir, con el consiguiente aumento de dos tercios en la certeza estadística de su ubicación. Su frecuencia también se ajustó ligeramente, pero de forma importante, de 1420,4556 MHz a 1420,726 MHz. Aunque esto pueda parecer insignificante, la fuente tendría que girar a una velocidad muy superior para crear una diferencia de frecuencia tan grande.

Potencialmente, la actualización más interesante de la señal fue una nueva estimación de su densidad de flujo (es decir, su intensidad). En radioastronomía, el nuevo valor es de 250 Janskys (que equivalen a 10-26 vatios por m² por Hz), mientras que las estimaciones anteriores lo situaban entre 54 y 212 Janskys, por lo que la señal era notablemente superior a la estimación original.

Otros errores menores, como un desfase de 21 segundos en el reloj, no tuvieron tanto impacto en la señal, pero sí en su comprensión por parte de los astrónomos. Y probablemente el mayor cambio fue la corrección de un canal mal etiquetado en el banco de filtros, lo que provocó un recálculo de la frecuencia.

En definitiva, la señal sigue siendo tan enigmática como siempre, aunque el artículo intenta arrojar algo de luz sobre las posibles fuentes. Descartan definitivamente cualquier fuente artificial, señalando que no se conocían estaciones de televisión operando en Ohio en ese momento, ni satélites en vuelo que pudieran haber causado la señal. La luna también estaba al otro lado del planeta en ese momento, por lo que nada rebotó en ella.

El sol no estaba particularmente activo en 1977, lo que reduce las probabilidades de que la señal fuera causada por algún tipo de fenómeno solar. Según el análisis de los investigadores, tampoco es probable que se debiera a un error interno del software debido al patrón de aspecto «gaussiano» (es decir, natural).

Eso significa que la señal probablemente tuvo un origen astronómico, aunque la explicación más probable sigue sin ser la presencia de extraterrestres. El culpable más probable es una nube HI: nubes de hidrógeno atómico neutro que flotan en el espacio y que se sabe que producen señales de banda estrecha similares a la señal «¡Guau!», pero nunca con niveles de potencia cercanos a los observados en aquella ocasión en 1977.

Mientras la comunidad SETI continúa descifrando qué pudo haber causado su señal más famosa, es bueno saber que, incluso después de casi cinco décadas, los científicos aún pueden encontrar, refinar y extraer nuevas conclusiones a partir de los datos. Y quién sabe, con esta actualización y nuestra mayor comprensión, esta podría no ser la última sorpresa que nos depare la señal.

Con información de arXiv


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SourceSKYCR.ORG
Homer Dávila
Homer Dávilahttps://skycr.org/homer-davila
Editor en SKYCR. Astrofísico. Dinámica solar, astronomía, radioastronomía, cosmología y ciencia planetaria. Miembro de la International Meteor Organization.
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