Una investigación dirigida por el Instituto de Paleontología Humana proporciona una edad mínima finita para un cráneo casi completo de la cueva de Petralona, en Grecia, que ha desconcertado a los investigadores desde su descubrimiento en 1960.
El misterio del cráneo de la cueva de Petralona se centra en dos incógnitas intrigantes. En primer lugar, si bien pertenece claramente al género Homo, es claramente diferente tanto de los neandertales como de los humanos modernos actuales. En segundo lugar, la datación del cráneo ha sido difícil de precisar, con estimaciones previas que oscilan entre 170.000 y 700.000 años de antigüedad.
En el estudio «Nuevas dataciones de series U en el cráneo de Petralona, un fósil clave en la evolución humana europea», publicado en el Journal of Human Evolution, los investigadores presentan nuevas dataciones de series U realizadas en la calcita que creció directamente sobre el cráneo para proporcionar información crucial sobre la edad del fósil.

La datación de series U aprovecha las propiedades naturales de los isótopos de uranio. El uranio se descompone en torio con una vida media precisa. Midiendo la proporción de uranio y torio, es posible calcular cuándo comenzó el proceso, obteniendo una fecha de inicio calibrada atómicamente.
En el suelo, se añaden constantemente depósitos ambientales de isótopos de uranio, lo que imposibilita el uso de la técnica de series U para datar el suelo, ya que se trata de una mezcla de vidas medias que transcurren en diferentes puntos de partida.
Pero en el entorno de una cueva, todo cambia. A medida que la humedad se desplaza por el suelo, arrastra minerales solubles en agua, incluido el uranio, dejando atrás el torio. Si esa humedad se acumula en la pared de una cueva, puede evaporarse, dejando atrás los minerales traza y los isótopos de uranio sin torio, formando una capa de residuo costroso.
Dentro de las capas de estos depósitos costrosos, los isótopos de uranio continúan descomponiéndose en torio, ahora fijados por el depósito mineral en un sistema cerrado, lo que otorga a cada capa una fecha fija de inicio del proceso.
La datación por series U analiza las proporciones de uranio y torio de las capas más internas de los depósitos para determinar su aparición inicial, lo que proporciona un punto de partida mínimo in situ para cualquier hallazgo subyacente.
El muestreo incluyó el recubrimiento de calcita del cráneo, así como espeleotemas y depósitos calcíticos en diferentes sitios de la cueva, la cámara del Mausoleo donde, según se informa, el cráneo estaba cementado a una pared, el corredor que conduce a ella y secciones adicionales.

Los resultados de la costra de calcita del cráneo proporcionan una edad mínima finita de 286.000 ± 9.000 años (o 286 ± 9 ka). Si inicialmente permaneció seco o cubierto, el cráneo podría haber permanecido en la cueva mucho más tiempo, ya que la técnica de datación solo puede determinar cuándo comenzó a formarse la calcita mediante la exposición a la humedad y la evaporación. Para calcular la cronología máxima, la edad de los elementos de la cueva se convierte en el parámetro predeterminado.
Las edades del velo estalagmítico en la pared del Mausoleo arrojaron 510 ± 29 ka en la parte superior y un mínimo de >650 ka en el interior, lo que indica que el recubrimiento craneal comenzó mucho después de la fundación de la cueva. La estratigrafía en el Paso de los Dardanelos no muestra un suelo estalagmítico con una antigüedad superior a 410 ± 6 ka, con una capa más reciente datada en 228 ± 1 ka.
Los rangos de edad derivados de las relaciones entre yacimientos se reportan como 539-277 ka si el cráneo estaba unido a la pared, o una deposición entre 410 ka y 277 ka en caso contrario.
Los investigadores concluyen que el homínido de Petralona forma parte de un grupo distinto y más primitivo que el Homo sapiens y los neandertales, con resultados que respaldan la coexistencia de dichas poblaciones junto con un linaje neandertal en evolución a finales del Pleistoceno Medio de Europa.
Con información de Elsevier
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