El polvo traído a la Tierra por la misión china Chang’e-6 contiene reliquias meteoríticas poco comunes que podrían cambiar nuestra comprensión de las fuentes de agua y otros elementos esenciales para la vida en nuestro sistema solar.
En junio de 2024, Chang’e-6 trajo las primeras muestras de la cara oculta de la Luna, el hemisferio opuesto a nuestro planeta. Un análisis reciente de estos materiales lunares, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, revela que los asteroides ricos en agua, anteriormente considerados raros, podrían haber aportado mucho más material a la Tierra y la Luna primigenias de lo que se creía.

Si bien hemos aprendido mucho sobre la historia del sistema solar gracias a las rocas espaciales que han aterrizado en la Tierra, existe un problema. La atmósfera actúa como un escudo y quema los meteoritos más frágiles y ricos en agua, por lo que nuestra comprensión es incompleta. Sin embargo, la Luna tiene una atmósfera muy tenue, por lo que conserva mejor los impactos pasados.
Los investigadores analizaron dos gramos de polvo lunar en busca de fragmentos de condritas carbonosas (condritas CI), ya que se sabe que contienen ingredientes esenciales para la vida, como agua y compuestos orgánicos. Este tipo de meteoritos son extremadamente frágiles y rara vez sobreviven a la atmósfera terrestre o a un impacto. También se cree que son raros en la Luna, pero los científicos encontraron siete reliquias microscópicas en las muestras de Chang’e-6.
Lo confirmaron midiendo primero las proporciones de metales como hierro, manganeso y zinc en los fragmentos, lo que les indicó que no se parecían a ninguna otra roca lunar. El análisis de la textura y la estructura mostró que los fragmentos se formaron cuando una roca grande se fundió al impactar contra la superficie lunar. Finalmente, los investigadores utilizaron un sofisticado instrumento llamado SIMS (Espectrómetro de Masas de Iones Secundarios) para medir la triple huella isotópica de oxígeno de los fragmentos. Su huella química coincidió con la de las condritas carbonosas similares a las CI.
«La identificación de materiales similares a CI en este estudio nos permite reevaluar las proporciones de condritas en el sistema Tierra-Luna, dados los sesgos en la recolección de condritas de la Tierra», escriben los investigadores en su artículo.
El trabajo del equipo demuestra que la recolección de meteoritos de la Tierra está muy sesgada y no refleja la verdadera composición de rocas espaciales que impactaron el sistema solar interior (la Tierra y la Luna). Dado que la Luna preservó estos fragmentos, esto sugiere que asteroides más ricos en volátiles y con contenido de agua impactaron nuestro planeta y nuestro vecino más cercano de lo que se había estimado previamente. «Nuestros hallazgos establecen que las condritas similares a CI son un reservorio clave de material exógeno que llega a la superficie lunar», concluyen los autores.
Con información de Proceedings of the National Academy of Sciences
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