Desde que el cometa 3I/ATLAS, el tercer objeto interestelar conocido, fue descubierto el 1 de julio de 2025, astrónomos de todo el mundo han trabajado para predecir su trayectoria. La ESA ha mejorado la predicción de la ubicación del cometa en un factor de 10, gracias al uso innovador de datos de observación de su sonda ExoMars Trace Gas Orbiter (TGO), que orbita Marte.
Al poder utilizar datos marcianos para una observación inusual, aprendimos más sobre la trayectoria del cometa interestelar a través de nuestro sistema solar, lo que constituye un valioso caso de prueba para la defensa planetaria, a pesar de que 3I/ATLAS no representa ningún peligro.
Una nueva perspectiva desde Marte permite una mayor precisión.

Hasta septiembre, la determinación de la ubicación y la trayectoria de 3I/ATLAS dependía de telescopios terrestres. Luego, entre el 1 y el 7 de octubre, la sonda ExoMars TGO de la ESA observó el cometa interestelar desde su órbita alrededor de Marte. El cometa pasó relativamente cerca de Marte, aproximándose a unos 29 millones de km durante su máximo acercamiento el 3 de octubre (más información sobre las observaciones).
La sonda marciana se acercó a 3I/ATLAS unas diez veces más que los telescopios terrestres y observó el cometa desde un nuevo ángulo de visión. La triangulación de sus datos con los datos terrestres contribuyó a que la predicción de la trayectoria del cometa fuera mucho más precisa.
Si bien los científicos inicialmente anticiparon una mejora modesta, el resultado fue un impresionante aumento de diez veces en la precisión, reduciendo la incertidumbre en la ubicación del objeto.
Debido a que 3I/ATLAS atraviesa nuestro sistema solar a gran velocidad, alcanzando hasta 250 000 km/h, pronto desaparecerá en el espacio interestelar para no regresar jamás. La trayectoria mejorada permite a los astrónomos apuntar sus instrumentos con mayor precisión, lo que posibilita un estudio más detallado del tercer objeto interestelar jamás detectado.
De los datos de Marte a las predicciones precisas
Utilizar los datos del orbitador de Marte para refinar la trayectoria de un cometa interestelar en el espacio representó un desafío. El instrumento CaSSIS fue diseñado para apuntar hacia la superficie marciana cercana y observarla con alta resolución. En esta ocasión, la cámara se dirigió al cielo sobre Marte para captar al pequeño y distante cometa 3I/ATLAS desplazándose sobre un fondo estrellado.
Los astrónomos del equipo de defensa planetaria del Centro de Coordinación de Objetos Cercanos a la Tierra de la ESA, acostumbrados a determinar las trayectorias de asteroides y cometas, tuvieron que considerar la ubicación especial de la nave espacial.
Por lo general, las observaciones de trayectoria se realizan desde observatorios fijos en la Tierra y, ocasionalmente, desde una nave espacial en órbita cercana a la Tierra, como el Telescopio Espacial Hubble de la NASA/ESA o el Telescopio Espacial James Webb de la NASA/ESA/CSA. Los astrónomos tienen amplia experiencia en considerar su ubicación al determinar las futuras posiciones de los objetos, lo que se conoce como efemérides.
En esta ocasión, la efeméride de 3I/ATLAS, y en particular la precisión de la predicción, dependía de tener en cuenta la ubicación exacta de ExoMars TGO: en Marte y en una órbita rápida a su alrededor. Esto requirió la colaboración de varios equipos de la ESA y sus socios, desde dinámica de vuelo hasta equipos científicos e instrumentales. Fue necesario abordar desafíos y sutilezas que suelen ser insignificantes para reducir al máximo los márgenes de error y lograr la mayor precisión posible.
Los datos resultantes sobre el cometa 3I/ATLAS representan la primera vez que mediciones astrométricas de una nave espacial en órbita alrededor de otro planeta se envían y aceptan oficialmente en la base de datos del Centro de Planetas Menores (MPC). Esta base de datos actúa como un centro de intercambio de información para observaciones de asteroides y cometas, centralizando los datos recopilados por diferentes telescopios, estaciones de radar y naves espaciales.
Un caso de prueba para la defensa planetaria
Aunque 3I/ATLAS no supone ninguna amenaza, constituyó un valioso ejercicio para la defensa planetaria. La ESA monitoriza de forma rutinaria asteroides y cometas cercanos a la Tierra, calculando sus órbitas para emitir alertas si fuera necesario. Como demuestra este «ensayo» con 3I/ATLAS, puede ser útil triangular los datos terrestres con observaciones desde una segunda ubicación en el espacio. Una nave espacial también puede encontrarse más cerca de un objeto, lo que aporta aún más valor.
Practicar con datos de naves espaciales más allá de la órbita terrestre perfecciona habilidades importantes y demuestra la utilidad de aprovechar recursos no diseñados para la detección de asteroides, mejorando la preparación ante una posible amenaza.
¿Qué sigue?
Actualmente, el cometa está siendo observado con nuestro Explorador de las Lunas Heladas de Júpiter (JUICE). Aunque JUICE se encuentra más lejos de 3I/ATLAS que los orbitadores de Marte el mes pasado, está observando el cometa justo después de su máximo acercamiento al Sol, cuando se encuentra en un estado de mayor actividad. No esperamos recibir datos de las observaciones de JUICE hasta febrero de 2026; consulte nuestras preguntas frecuentes para obtener más información.
No debemos confiar únicamente en que las naves espaciales se encuentren cerca de objetos difíciles de observar que podrían representar una amenaza. Por ello, la ESA está preparando la misión Neomir para cubrir el conocido punto ciego que el Sol crea en las observaciones de asteroides, ya que su intenso brillo eclipsa el tenue resplandor de un asteroide o cometa. Neomir se ubicará entre el Sol y la Tierra para detectar objetos cercanos a la Tierra que provengan de la dirección del Sol al menos tres semanas antes de un posible impacto contra la Tierra.
Los cometas helados errantes, como 3I/ATLAS, ofrecen una conexión tangible y poco común con la galaxia. Visitar uno de ellos conectaría a la humanidad con el universo a una escala mucho mayor. La ESA está preparando la misión Comet Interceptor, que permitirá obtener más información sobre un cometa; con suerte, podría tratarse de uno interestelar.
Con información de ESA
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