Un nuevo estudio ofrece una caracterización más precisa del máximo del Ciclo Solar 25, combinando indicadores magnéticos, actividad eruptiva y observaciones obtenidas tanto mediante datos espaciales como desde telescopios solares ubicados en Costa Rica. La investigación, desarrollada por el astrofísico costarricense Homer Dávila Gutiérrez, propone un método estadístico que delimita con mayor claridad el periodo de mayor actividad solar.
Un máximo más intenso y mejor definido
Según los resultados, el intervalo principal del máximo del CS25 se concentra entre agosto de 2024 y enero de 2025. Este periodo coincide con la inversión de los campos magnéticos polares y con uno de los repuntes eruptivos más marcados del ciclo: más de 190 llamaradas de clase M, 19 de clase X y varias eyecciones de masa coronal que superaron los 2 000 km/s, incluida la destacada X6.3 del 10 de diciembre de 2024. El conjunto de estos eventos sugiere que el ciclo ha mostrado una intensidad superior a la prevista en proyecciones iniciales.

Aporte observacional desde Costa Rica
El estudio incorpora mediciones directas de rotación solar realizadas con telescopios privados en San José. A partir de imágenes en luz blanca y H-alfa, se estimaron velocidades angulares sinódicas de 12,8 grados por día en el hemisferio norte y 13,38 grados por día en el hemisferio sur. Estos valores corresponden a períodos siderales de 22,8 días y 21,8 días, respectivamente, coherentes con los modelos clásicos de rotación diferencial.
Datos complementarios del NOAA y del observatorio espacial SDO muestran concordancia con estas mediciones, reforzando la validez de los resultados y señalando que observatorios independientes pueden contribuir con datos útiles al monitoreo solar.
Una visión integrada de la actividad solar
El análisis combina múltiples parámetros —flujo F10.7, número de manchas solares, inversión magnética, intensidad eruptiva, velocidades CME y rotación fotosférica— para construir una imagen más completa del comportamiento del Sol durante el máximo. Esta aproximación integrada permite identificar relaciones entre la dinámica magnética, la persistencia de regiones activas y el ritmo de las erupciones más energéticas.
Importancia científica y operativa
Definir con claridad el máximo solar es esencial para anticipar fenómenos que afectan la infraestructura espacial y tecnológica, incluyendo comunicaciones, navegación satelital y redes eléctricas. Además, el estudio resalta el valor de diversificar los puntos de observación global, incorporando latitudes tropicales como las de Costa Rica, donde pueden realizarse campañas independientes que complementen las redes internacionales.
Acceso al artículo completo
El documento completo está disponible en arXiv:
https://arxiv.org/abs/2511.16788
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