El análisis del segundo cometa interestelar confirmado que visita nuestro sistema solar sugiere que este cuerpo extraterrestre podría estar cubierto de estructuras heladas en erupción, similares a volcanes, llamadas criovolcanes. Los investigadores también descubrieron que el cometa tiene un interior rico en metales, lo que podría cuestionar nuestra comprensión de cómo se formaron los cometas en nuestro propio sistema planetario.
Los científicos rastrearon el cometa 3I/ATLAS de julio a noviembre de 2025 mientras se dirigía hacia nuestro Sol. Esto brindó una oportunidad excepcional para estudiar un objeto formado alrededor de otra estrella en el espacio interestelar. Su valor reside en su estado prístino, ya que nunca pasó lo suficientemente cerca de una estrella como para ser calentado, fundido o alterado por la radiación. Esto significa que es prácticamente igual a como era cuando se formó hace miles de millones de años en su sistema de origen.
Oleada masiva de hielo
En su estudio, publicado en el servidor de preimpresión arXiv, el equipo describe cómo las observaciones fotométricas mostraron un aumento brusco y prolongado del brillo del cometa cuando alcanzó una distancia de aproximadamente 2,5 veces la distancia de la Tierra al Sol (2,5 unidades astronómicas o ua). No se trató de un estallido repentino como una explosión, sino de un aumento sostenido del brillo, que los científicos interpretaron como la activación de la capa de hielo de agua en toda la superficie del cometa.
La actividad masiva y sostenida probablemente se debió al criovulcanismo (actividad volcánica basada en el hielo). A diferencia de los cometas de nuestro sistema solar, el cometa 3I/ATLAS carece de un manto de polvo protector, lo que hace totalmente posible esta activación global.
Cuando los investigadores examinaron la luz reflejada por la superficie del cometa y la compararon con el espectro (colores de la luz reflejada por un objeto que revelan su composición química) de muestras de meteoritos aquí en la Tierra, descubrieron que coincidía con un tipo raro de meteorito llamado condrita carbonácea (CR). Se trata de meteoritos antiguos y primitivos ricos en metales como hierro y níquel. Dado que estas muestras tienen un alto contenido de metales, los científicos creen que el cometa 3I tendría la misma composición.
Según los autores del estudio, esta composición rica en metales ayuda a explicar la potente actividad volcánica del cometa. Sugieren que, a medida que la superficie se calentaba y el hielo se convertía en agua, el líquido comenzó a corroer los finos granos metálicos del interior del cometa. Este proceso químico libera energía y gases adicionales, como el dióxido de carbono, que contribuyen a mantener el criovulcanismo.
¿Reescribiendo la regla de la formación de cometas?
Esta inusual combinación de actividad alimentada por metales y volcanes de hielo difiere significativamente de nuestra comprensión actual de la formación de cometas. Los modelos estándar sugieren que están compuestos de hielo, roca y bajas concentraciones de metales, y alimentados por el calentamiento del hielo superficial por el Sol. Esta nueva investigación demuestra una diversidad mucho mayor en su formación, como señalan los investigadores: «Visitantes interestelares como 3I/ATLAS continúan desafiando y refinando nuestra comprensión de la formación de sistemas planetarios y la evolución química de cuerpos pequeños».
Con información de arXiv
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