Un equipo internacional de investigadores con una amplia gama de trayectorias ha encontrado evidencia de que los asteroides proporcionan los compuestos necesarios para que la vida se inicie en la Tierra. En su artículo publicado en la revista Nature Astronomy, el grupo describe su estudio de una pequeña muestra de material recolectado de Ryugu que fue traído de regreso a la Tierra.
En 2014, la agencia espacial japonesa JAXA lanzó un cohete que transportaba una sonda espacial llamada Hayabusa2 que fue enviada a Ryugu, un asteroide de tipo C que tiene aproximadamente la misma órbita alrededor del Sol que la Tierra. Una vez que llegó a su objetivo, la sonda recolectó muestras de la superficie y también muestras de colisión de polvo, las cuales fueron devueltas a la Tierra en 2020.
Desde entonces, las muestras recolectadas por la sonda han sido estudiadas por una gran cantidad de equipos que buscan aprender diferentes cosas sobre el asteroide y su historia. En este nuevo estudio, el equipo de investigación examinó una muestra de colisión de Ryugu en busca de evidencia de asteroides como la fuente de muchos de los compuestos necesarios para la vida en la Tierra.

El trabajo de los investigadores consistió en colocar granos de material de Ryugu en una cámara sellada diseñada y construida por el grupo, lo que permitió el uso de un microscopio espectral en un entorno sellado al vacío. Las muestras se colocaron en platos de zafiro para poder estudiarlas utilizando longitudes de onda más allá del espectro visible. Los platos se colocaron sobre espejos recubiertos de oro pulido para evitar la contaminación.
Mediante espectrometría de rayos X y otras herramientas de inspección, los investigadores encontraron ejemplos de magnesio hidratado, amonio y fósforo. Los hallazgos muestran que los asteroides como Ryugu están hechos no solo de elementos y compuestos orgánicos, sino también de compuestos que se encuentran en su forma hidratada, que podrían haber servido como bloques de construcción para la vida en la Tierra.
Tal hallazgo, señalan los investigadores, muestra que los granos en los que se encontraban se originaron en el espacio profundo, más allá de Júpiter. Si se hubieran formado más cerca del sol, se habrían evaporado. El equipo de investigación también señala que encontrar amonio es particularmente importante, ya que su molécula puede aportar tanto hidrógeno como nitrógeno cuando se descompone.
Con información de Nature
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