Cuando las enanas blancas se vuelven locas, sus planetas sufren el caos resultante. La evidencia aparece más tarde dentro y alrededor de la atmósfera de la estrella moribunda después de que engulle los desechos planetarios y cometarios. Esa es la conclusión a la que llegó un equipo de astrónomos de la UCLA después de estudiar con gran detalle la cercana enana blanca G238-44. Encontraron un caso de canibalismo cósmico en esta estrella moribunda, que se encuentra a unos 86 años luz de la Tierra.
Si esa estrella estuviera en el lugar de nuestro Sol, ingeriría los restos de planetas, asteroides y cometas hacia el Cinturón de Kuiper. Ese buffet expansivo hace que este acto de canibalismo estelar sea uno de los más extendidos jamás vistos.
«Nunca hemos visto estos dos tipos de objetos acrecentándose en una enana blanca al mismo tiempo», dijo el investigador principal Ted Johnson, graduado en física y astronomía de la UCLA. “Al estudiar estas enanas blancas, esperamos obtener una mejor comprensión de los sistemas planetarios que aún están intactos”.
Encontrar evidencia de caos en una estrella moribunda
Johnson formó parte de un equipo de UCLA, UC San Diego y la Universidad de Kiel en Alemania que trabajaba para estudiar los elementos químicos detectados en y alrededor de la atmósfera de la enana blanca. Utilizaron datos del explorador espectroscópico ultravioleta lejano retirado de la NASA, el espectrómetro Echelle de alta resolución del Observatorio Keck en Hawái y el espectrógrafo de orígenes cósmicos y el espectrógrafo de imágenes del telescopio espacial del telescopio espacial Hubble. El equipo encontró y midió la presencia de nitrógeno, oxígeno, magnesio, silicio y hierro, además de otros elementos.
El hierro es particularmente interesante ya que forma los núcleos de planetas rocosos como la Tierra o Marte. Su presencia es una pista de que los mundos de tipo terrestre alguna vez orbitaron G238-44. La presencia de altas cantidades de nitrógeno implica que el sistema también tenía una piscina de cuerpos helados.
Cuando atacan las enanas blancas
A medida que las estrellas como el Sol entran en una edad muy avanzada, dejan atrás núcleos quemados llamados enanas blancas. Durante miles de millones de años, estos restos de estrellas moribundas se enfrían lentamente. Sin embargo, antes de llegar a ese punto, la agonía real puede ser bastante violenta y desordenada. Ahí es cuando canibalizan los mundos que los rodean. El descubrimiento de los «restos» de esos planetas, cometas y asteroides en la atmósfera de G238-44 pinta una imagen ominosa del futuro de nuestro sistema solar.