Brillando en la constelación de Pegaso hay cinco galaxias aparentemente muy juntas conocidas como el Quinteto de Stephan, y están susurrando los secretos de la evolución galáctica a los científicos.
Como todas las galaxias, estos orbes comenzaron como masas de gas atómico que se agruparon y finalmente colapsaron sobre sí mismos, formando lo que se convertiría en las estrellas que los iluminan. Cada galaxia está formada por millones de cúmulos de estrellas; cuatro están realmente interactuando, mientras que uno se encuentra mucho más cerca de la Tierra.

(Image credit: NASA, ESA, CSA, and STScI)
Ahora, un equipo internacional de investigadores que utiliza el Telescopio esférico de apertura de quinientos metros (FAST) en China ha descubierto que el Quinteto de Stephan está envuelto en una nube de gas atómico de 2 millones de años luz de ancho, o unas 20 veces el tamaño de la Vía Láctea “Esta es la estructura de gas atómico más grande jamás encontrada alrededor de un grupo de galaxias”, dijo en un comunicado Xu Cong, astrónomo de los Observatorios Astronómicos Nacionales de la Academia de Ciencias de China y autor principal de la nueva investigación.
El descubrimiento presenta un misterio y requerirá que los astrónomos reconsideren cómo se comporta el gas en los bordes de los grupos de galaxias, según los investigadores.
Debido a que el hidrógeno atómico es más libre para flotar a través de las galaxias que otros componentes de una nube de gas atómico, se dispersa fácilmente cuando los objetos en una galaxia interactúan entre sí. El hidrógeno disperso en el Quinteto de Stephan es una cápsula del tiempo que puede informar a los científicos sobre tales eventos que se remontan quizás a unos mil millones de años.
La nube es un hallazgo particularmente sorprendente porque los astrónomos habrían esperado que la luz ultravioleta cambiara la naturaleza del hidrógeno en la nube. La luz ultravioleta ioniza los átomos en una nube de gas atómico que se ionizará, lo que significa que ganarán o perderán electrones y terminarán cargados. Pero el gas observado en el Quinteto de Stephan no está ionizado.
La falta de ionización sugiere que el gas podría haber quedado de la formación galáctica. Lejos de cualquier estrella, todavía existen nubes difusas de hidrógeno atómico, lo que podría justificar que sean subproductos de las interacciones que formaron una galaxia. También es posible que la nube que rodea al Quinteto de Stephan haya sido liberada por un antiguo choque entre dos de las galaxias.
Aunque la explicación del gas unionizado aún se desconoce, una respuesta podría cambiar lo que creemos que sabemos sobre cómo nacen las galaxias y continúan evolucionando.
La investigación se describe en un artículo publicado el 19 de octubre en la revista Nature.