Un estudio reciente publicado en Nature examina cómo las grietas de barro observadas en Marte por el rover Curiosity de la NASA podrían proporcionar información sobre cómo podría haberse formado la vida en el planeta rojo en su pasado antiguo.
En la Tierra, las grietas de lodo se han relacionado tradicionalmente con ciclos de ambientes húmedos y secos que ayudaron a desarrollar los complejos procesos responsables del arraigo de la vida microbiana. Este estudio fue realizado por un equipo internacional de investigadores y tiene el potencial de ayudar a los científicos a comprender mejor los procesos geológicos y químicos que podrían haber existido en el pasado antiguo de Marte, hace hasta miles de millones de años.

“Esta es la primera evidencia tangible que hemos visto de que el clima antiguo de Marte tenía ciclos húmedos y secos tan regulares, similares a los de la Tierra”, dijo el Dr. William Rapin, científico investigador del CNRS en el IRAP (Institut de Recherche en Astrophysique). et Planétologie), y autor principal del estudio. “Pero aún más importante es que los ciclos húmedo-seco son útiles, tal vez incluso necesarios, para la evolución molecular que podría conducir a la vida”.
Para el estudio, el equipo analizó imágenes de grietas de barro obtenidas por el rover Mars Curiosity de la NASA, que actualmente atraviesa el cráter Gale en Marte, entre los soles 3154 y 3156 (del 20 al 22 de junio de 2021) cuando estaba perforando en una roca apodada Pontours. Las imágenes revelan distintas grietas en forma de T y hexagonal dentro de la superficie, lo que es indicativo de muchos ciclos de condiciones húmedas y secas que alguna vez existieron en esta región.
Las condiciones húmedas, como el flujo de ríos o lagos, son responsables de producir el lodo, pero cuando ese mismo lodo se seca, se comprime y se agrieta, lo que da como resultado la superficie rota que vemos hoy. Para el contexto de los soles, un sol marciano equivale a un día en Marte, que es poco menos de 40 minutos más que un día en la Tierra.

“Estas interesantes observaciones de grietas de lodo maduras nos permiten completar parte de la historia faltante del agua en Marte”, dijo la Dra. Nina Lanza, investigadora principal del instrumento ChemCam a bordo del rover Curiosity de la NASA y coautora de el estudio. “¿Cómo pasó Marte de un planeta cálido y húmedo al lugar frío y seco que conocemos hoy? Estas grietas de barro nos muestran ese tiempo de transición, cuando el agua líquida era menos abundante pero aún estaba activa en la superficie marciana”.
Los hallazgos del estudio indican que estas grietas son indicativas de una transición de minerales, en particular arcillas de esmectita a estratos que contienen sulfato, lo que potencialmente indica que Marte experimentó un ambiente similar a la Tierra durante la transición Noé-Hesperiana, o hace 3,8 a 3,6 mil millones de años.
En la Tierra, las arcillas de esmectita y los estratos que contienen sulfatos suelen estar asociados con ambientes acuosos. Además, al igual que la Tierra, la historia geológica del planeta rojo se divide en períodos de tiempo, desde el más antiguo hasta el más joven, siendo esos períodos el Pre-Noé, Noé, Hesperiense y Amazónico, y cada uno de ellos duró aproximadamente desde hace 4,5 a 4,1 mil millones de años, hace 4,1 a 4,1 mil millones de años. Hace 3.700 millones de años, hace 3.700 a 2.900 millones de años y hace 2.900 millones de años hasta el presente, respectivamente.

Si bien Marte es actualmente un planeta extremadamente frío y seco que es inhóspito para la vida tal como la conocemos, la evidencia científica sugiere que las cosas eran muy diferentes hace miles de millones de años cuando se formó por primera vez. Esto fue cuando el agua líquida fluyó hacia lagos, ríos y océanos mientras los volcanes arrojaban gases para mantener la atmósfera lo suficientemente espesa como para que esta agua líquida siguiera cayendo en cascada sobre la superficie. Las auroras danzaban en el cielo debido al viento solar que interactuaba con el campo magnético del planeta rojo, de forma muy parecida a como vemos hoy en la Tierra. Pero si bien estas condiciones similares a las de la Tierra podrían haber llevado a la formación de vida microbiana en Marte, estas condiciones no estaban destinadas a durar.
A lo largo de millones de años, el interior de Marte comenzó a enfriarse debido a su pequeño tamaño (la mitad de la Tierra), lo que provocó la disminución de la temperatura de su núcleo externo líquido fundido, lo que redujo gradualmente su influencia geológica y magnética en el planeta rojo. Los volcanes dejaron de expulsar gases y el campo magnético se disipó, llevándose consigo las auroras. Junto con esto, también se perdió la protección contra el viento solar, lo que provocó que este último despojara lentamente la atmósfera del planeta, provocando la evaporación de toda el agua líquida. Al final, Marte es el mundo árido que vemos hoy, sin una gota de agua líquida en su superficie.
Con información de UniverseToday