Un par de investigadores, uno de la Carnegie Institution for Science y el otro del California Institute of Technology, ha desarrollado una posible solución a la paradoja de Fermi. En su artículo publicado en Journal of the Royal Society Interface, Michael Wong y Stuart Bartlett sugieren que la razón por la que no nos han visitado extraterrestres de otros planetas se debe a la escala superlineal que, según ellos, conduce a una singularidad.
Hace varios años, el físico Enrico Fermi preguntó a un colega por qué los extraterrestres del espacio exterior no han visitado la Tierra. Los dos notaron que debido al enorme tamaño del universo, parecía poco probable que la Tierra por sí sola albergara vida inteligente. Así que Fermi preguntó “¿dónde están?” En este nuevo esfuerzo, la pareja de investigadores ha intentado resolver ese enigma.
Comenzaron estudiando cómo las civilizaciones humanas surgieron y cayeron a lo largo de la historia. A continuación, estudiaron la historia de las grandes ciudades y allí también notaron que la mayoría crecía hasta cierto punto y luego colapsaba. Desarrollaron una hipótesis que sugería que tal ascenso y caída de civilizaciones extraterrestres del espacio conduciría a uno de dos escenarios. En el primero, la civilización se daría cuenta de que estaba creciendo demasiado y dejaría de viajar o colonizar otros mundos. En el segundo, no reconocerían su locura y por lo tanto colapsarían. Desde nuestra perspectiva, ambos escenarios tendrían el mismo resultado: los extraterrestres no nos visitarían, ni siquiera demostrarían evidencia de su existencia. La distancia entre ellos y nosotros sería demasiado grande.
Los investigadores describen su hipótesis como una escala superlineal, donde una civilización crece exponencialmente, colonizando otros mundos hasta que se vuelven incapaces de sostener las demandas de energía de su constante invasión. Eventualmente, si no tomaban medidas, llegarían a una singularidad, un punto sin retorno, en el que no podrían salvar a su civilización del colapso. Señalan que si no fuera por las grandes distancias involucradas, probablemente detectaríamos fácilmente evidencia de una civilización alienígena al borde del colapso porque estaría emitiendo enormes cantidades de energía.