El universo primitivo era un lugar muy diferente al nuestro, y los astrónomos no entienden completamente cómo crecían las estrellas bebés en ese entorno. Y aunque instrumentos como el telescopio espacial James Webb se remontan a las épocas más tempranas de la formación de estrellas, no siempre tenemos que trabajar tan duro, puede haber pistas más cerca de casa.
La formación estelar es un asunto complejo. Para hacer una estrella bebé, debe comenzar con una gran nube amorfa de gas y polvo similar a una gota y comprimirla hasta las densidades necesarias para desencadenar la fusión nuclear. Para que este proceso funcione, también debe eliminar una gran cantidad de calor. Esto se debe a que, a medida que la nube de gas se comprime, se calienta, y una nube de gas caliente puede permanecer allí en equilibrio para siempre. Entonces, a medida que la nube de gas se comprime, también debe eliminar el calor del sistema para que pueda comprimirse aún más.
Las nubes de gas de hoy en día hacen esto emitiendo radiación a medida que se comprimen, y los elementos más pesados que el helio (en el mundo de la astronomía, comúnmente se les llama metales) hacen un trabajo fantástico al eliminar el calor de las nubes de gas que colapsan. Pero en el universo primitivo, estas nubes de gas eran mucho más primordiales y tenían poco o ningún metal en ellas.
Los astrónomos aún no entienden cómo crecieron las estrellas en un entorno tan pobre en metales.
Una forma de abordar este problema es utilizar observatorios masivos como el Telescopio Espacial James Webb. Otra forma, dirigida por el profesor Toshikazu Onishi de la Universidad Metropolitana de Osaka y el profesor asistente de proyectos Kazuki Tokuda de la Universidad de Kyushu, es mirar cerca. Como la Pequeña Nube de Magallanes.
La Pequeña Nube de Magallanes no es tan prístina como el universo primitivo, pero tiene muchos menos metales que el promedio en la galaxia de la Vía Láctea. Y como bono adicional, es mucho más accesible para nosotros que el universo primitivo.
El equipo internacional de astrónomos utilizó recientemente ALMA, el Atacama Large Millimeter/submillimeter Array, y captó una estrella bebé en proceso de formación. Observaron flujos de salida extremadamente rápidos de la estrella recién nacida. Estos flujos de salida son impulsados por campos eléctricos y magnéticos increíblemente fuertes en la nube de gas a medida que se comprime.
Los astrónomos creen que este tipo de flujos de salida suprimen el movimiento de rotación del gas alrededor de la estrella en formación. Esta desaceleración aumenta la tasa de crecimiento, lo que podría conducir a estrellas más grandes. La investigación adicional revelará si este es un método común de formación de estrellas en el universo primitivo, lo que podría conducir a estrellas mucho más grandes que el promedio actual.
Con información de UniverseToday.com