Kathleen Mandt, científica planetaria del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins, ha publicado un artículo de Perspectives en la revista Science argumentando que la NASA debería enviar una sonda dedicada al planeta Urano. Ella señala que se está abriendo una ventana en 2032 para el lanzamiento de tal sonda.
Los científicos planetarios han pasado mucho más tiempo estudiando Marte que otros planetas, en parte debido a su proximidad y en parte al hecho de que Marte tiene una superficie sobre la cual pueden aterrizar naves. Los planetas que tienen atmósferas densas, por otro lado, son más difíciles de estudiar, especialmente si no proporcionan un lugar para aterrizar.

Aún así, argumenta Mandt, tal investigación es importante. E iniciar el desarrollo de una sonda para estudiar Urano, agrega, sería un buen comienzo. Ella señala además que ahora sería un buen momento para comenzar tales planes porque la próxima buena ventana para lanzar una sonda de Urano sería en 2032, cuando la alineación de Júpiter con la Tierra permitirá una maniobra de honda hacia Urano. Incluso sugiere un nombre para la sonda: Uranus Orbiter and Probe (UOP).
Se considera que Urano es el pato extraño del sistema solar debido a su inclinación de 90 grados con respecto a la trayectoria de su órbita: su inclinación le da la apariencia de rodar a lo largo de un plano. La inclinación también le da al planeta una variación estacional extrema, ya que gira alrededor del sol una vez cada 84 años. Y hace que las observaciones desde la Tierra sean nubladas y confusas, lo que no es muy propicio para los esfuerzos de investigación. Solo una nave se ha aventurado alguna vez a Urano, la Voyager II, allá por 1986, y solo voló de camino a Neptuno.
Urano se considera un gigante de hielo debido a los dos elementos pesados que componen la mayor parte de su atmósfera: helio e hidrógeno. También tiene 27 lunas que giran alrededor del planeta, siguiendo su extraña inclinación. Urano también tiene lo que Mandt describe como “anillos extraños”.
También señala que no se sabe mucho más sobre el planeta, razón por la cual la NASA necesita colocar una sonda en órbita permanente a su alrededor. La sonda revelaría la verdadera naturaleza de la atmósfera del planeta, determinaría si su núcleo está hecho de roca o hielo y tal vez explicaría cómo llegó a tener una inclinación tan extraña. También podría ayudar en los esfuerzos destinados a aprender cómo se forman los gigantes de hielo.
Con información de Science