Uno de los aspectos más destacados del año pasado en el espacio fue la colisión de la misión DART de la NASA con Dimorphos, la pequeña luna del asteroide binario Didymos (visto a la izquierda). El impacto desplazó perceptiblemente la órbita del asteroide objetivo alrededor de su principal mientras arrojaba una columna de escombros a miles de kilómetros en el espacio.

Luego viene la nave espacial Hera de la ESA, que regresará al asteroide binario para realizar un estudio de cerca del cráter dejado por DART, además de medir la masa y la composición de Dimorphos, junto con la de su cuerpo central.
“Hera se lanzará en octubre de 2024”, explica Ian Carnelli, al frente de la misión. “Para cumplir con ese plazo, nuestro equipo ha estado trabajando arduamente durante el último año para finalizar y probar los diversos subsistemas de la nave espacial, incluidos los dos CubeSats que se desplegarán desde Hera en las cercanías de Dimorphos. Mientras tanto, la misión general pasó su sistema Critical Design Review a fines de 2022, al mismo tiempo que Hera recibió fondos para su lanzador y operaciones.
“El año que viene es cuando todo encaja: todos los elementos del modelo de vuelo Hera se integrarán para que podamos realizar una campaña completa de pruebas ambientales en la nave espacial en el Centro de Pruebas ESTEC de la ESA en los Países Bajos. Así que esto va a será otro año extremadamente ocupado, pero al final del mismo nuestro objetivo es estar bien encaminado para el lanzamiento”.
El Centro de Pruebas ESTEC es la instalación de prueba de satélites más grande de Europa, equipada con instalaciones para simular todos los aspectos del entorno espacial y de lanzamiento. Se pronostica que la campaña de prueba a nivel de nave espacial de Hera comenzará en otoño.
Hera estará equipado con guía, navegación y control automatizados para permitirle navegar con seguridad el sistema de doble asteroide, similar en función a un automóvil autónomo. Su cuerpo del tamaño de un escritorio llevará instrumentos que incluyen una cámara óptica de encuadre de asteroides, complementada con generadores de imágenes térmicas y espectrales, así como un altímetro láser para el mapeo de la superficie. Hera también es tres naves espaciales en una, porque también entregará un par de CubeSats del tamaño de una caja de zapatos en las cercanías de Dimorphos.
El Juventas CubeSat realizará la primera sonda de radar del interior de un asteroide, y también llevará un gravímetro y un acelerómetro para medir la respuesta mecánica de la superficie y la gravedad ultrabaja del cuerpo. El otro CubeSat, Milani, llamado así por el inventor original de la misión, realizará imágenes espectrales del infrarrojo cercano y tomará muestras del polvo de asteroides.
La pareja CubeSat permanecerá en contacto con su nave nodriza Hera y entre sí a través de un novedoso sistema de enlace entre satélites, para acumular experiencia de supervisión de múltiples naves espaciales en casi ingravidez exótica, antes de finalmente aterrizar en Dimorphos.
Las misiones DART de la NASA y Hera de la ESA han sido apoyadas por los mismos equipos internacionales de científicos y astrónomos, y se llevan a cabo a través de una colaboración internacional llamada AIDA, la evaluación de impacto y desviación de asteroides. La defensa planetaria no tiene fronteras y es un gran ejemplo de lo que puede lograr la colaboración internacional.